ODAN

Maria es una Oreja de Guardia y sus cartas fueron colocadas en el website Opus Libros. Tambien tiene su testimonio en ingles en ODAN.

Las drogas y el engaño en el Opus Dei: Una Carta abierta a la numeraria “C” de “una muy feliz ex-numeraria”

Con motivo de los 10 años de mi salida del Opus Dei, deseo hacerle llegar esta carta a la señorita C. Para quienes no la conocen, esa mujer es una numeraria de las mayores, quien según dicen vivió muy cerca del fundador. Según, en Venezuela tenemos la suerte de tenerla junto a nosotros, pero yo diría más bien la desdicha, pues si hay una “bruja” en el Opus, esa bruja es C. Le falta que le pongan la alfombrita roja para que camine o que corten su ropa como reliquia, pero en realidad C. es una persona muy falsa, muy soberbia a quien le falta mucha humildad, caridad y rectitud de intención.

Soy una feliz ex-numeraria que desea que muchos otros sepan lo que sucedió conmigo en mi supuesta vocación la cual, según las directoras, era del tamaño de una casa.

Si le pudiera escribir a C., le diria lo siguiente:

Soy una muy feliz ex numeraria por contrario a su argumento que nadie es feliz al salirse de la “obra” . Con la bendición de Dios, desde hace 5 años, estoy felizmente casada, con un hombre americano maravilloso. ¿Que por qué le escribo a usted después de tanto tiempo? Porque hay cosas que he guardado en mi corazón por todos estos años y necesito compartirlas con usted, y con muchos, para tener completa paz en mi corazón y porque pienso que es crítica constructiva para usted, y si lo acepta con humildad hasta podría ayudarla en su santificación personal.

Primero que todo, quiero darle las gracias por haberme hecho saber después de casi 5 años, a través de M. E. que según la oración de personas de la Obra, habian visto que yo no tenía vocación de numeraria. Recuerdo que en aquel entonces quizás no tomé la noticia de la mejor manera, pues hasta ese momento no había caído en cuenta que la Obra había ya decidido que yo no renovara ese próximo 19 de marzo. Nunca me lo dieron a entender en la charla fraterna directamente y cuando uno tiene la idea hecha de que uno debe ser fiel hasta el final y morir en la Obra, una noticia de esta magnitud, le puede caer a uno como un vaso de agua fria. Para ese entonces yo tenia casi 25 años. Yo reconozco que nunca fuí completamente feliz en la Obra y que desde un comienzo dudé de mi vocación. Lo que me extrañó es que después de que tantas veces me dijeron que yo tenia una vocación del tamaño de una casa, y después de haber vivido como numeraria por casi 5 años, un dia sin aviso previo, me hayan dicho que Yo ya no tenia vocación. Sí, fue difícil aceptar esto al principio, pero gracias a Dios al poco tiempo, estaba yo feliz de ser una cristiana corriente en medio del mundo y con deseos de tener algún dia mi propia familia.

Ahora, lo que quisiera preguntarle es por qué nunca me hicieron caso, todas las veces que acudí a las directoras durante esos 5 años, con dudas de vocación. Por qué me decian que “la vocacion no se toca”, y que esa era una tentación del demonio, y que siguiera adelante como numeraria cuando yo No era feliz y quería irme de la Obra. ¿Por qué se tardaron tanto en ver que yo tenia razon cuando decia que yo no tenia vocacion? ¿Sería que me necesitaban mantener allí por sus intereses personales, porque yo tenia una personalidad bien alegre y abierta y les traía muchas universitarias a sus centros?

C., hoy en día vivo en los Estados Unidos y estoy casada con un hombre cristiano maravilloso, quien tiene una íntima relación con Dios y es excelente padre y esposo. Dios además nos ha bendecido con 4 niñitos maravillosos. Dios ha sido fiel conmigo y me ha bendecido más de lo que nunca soñé, aún habiendo dejado el Opus Dei. Sepa usted, que nunca me he sentido tan cerca de Dios como en este momento de mi vida. Gracias C., por haberme dado la maravillosa noticia que mi vida: no era seguir siendo numeraria del Opus Dei, lástima que se tardó usted casi 5 años en darme esa maravillosa noticia.

El motivo de mi carta es hacerle saber que no queda en mi corazón rencor contra nadie de la Obra. Todavia respeto a muchas de las personas entragadas a su vocación en la Obra, quienes una vez fueron mis hermanas aunque al salirme muchas de ellas me volteaban la cara. A muchas las recuerdo con muchísimo cariño, a otras con menos cariño, pero sin juzgar las intenciones de ninguna. También admiraré siempre a algunos de los sacerdotes del Opus Dei, especialmete a mi director espiritual hasta hace casi 8 años cuando dejé a Venezuela, el padre Don A. Lastima que no pueda decir esto de todos los sacerdotes de la Obra, pues hubo varios que le contaban lo hablado en “mi dirección espiritual” bajo confidencia, a las directoras, (uno de ellos el Padre P.) que según… como no era tema de confesión les daba campo abierto para comentar con “muchas”, cosas privadas de las personas, sin consultar con uno primero. Cuando descubrí eso, me sentí como que en la Obra se ventilan las intimidades de las personas sin respeto alguno.

Asi como yo no juzgo las intenciones de las personas con quienes comparti mis casi 5 años en la Obra, en cambio, yo sí sentí que usted, C., muchas veces juzgó mi intención y se equivoco en sus conclusiones en cuanto a mi persona. También recuerdo al última vez que la vi, cuando usted vino a Las Palmas a decirme, “Tú nunca hiciste el apostolado de la Obra, tu siempre hisistes TÚ apostolado” y su amenaza: “Si algun día me entero de que has hablado mal de la Obra, ese día las Puertas del Opus Dei estarán cerradas para ti”. Hoy quiero que usted sepa que su amenaza no hizo falta, pues no he tenido que hablar mal de la Obra, sino que siempre he contado las cosas como son alli, viviendo como numeraria, con la verdad por delante. Además tampoco deseo nunca más pertenecer al Opus Dei, pues esa no es mi vocación. Siempre la vi a usted como una persona arrogante y hasta de mal temperamento, poco delicada para corregir y decir las cosas, y dispuesta a juzgar las intenciones, al menos de mi persona. Para muchas, usted era un ejemplo de santidad, para mi nunca lo fue.

Muchas creian que usted era alguien especial por el solo hecho de haber vivido cerca del fundador, pero eso yo nunca lo vi. En cambio sí me parecía que algunas mujeres la admiraban tanto a usted que parecia que hasta la idolatraban. Yo nunca la admiré a usted, ni siquiera cuando era vocación reciente y compartimos en dos oportunidades tiempo en Trinidad. C., espero que usted haya cambiado con los años y que el Espiritu Santo le haya hecho ver, que nadie puede juzgar las intenciones de las personas pues sólo Dios ve nuestros corazones y lo mas profundo de nuestro ser.

Hay muchas cosas de la Obra, con las que yo no estoy de acuerdo pero como esa es mi opinión personal, tampoco viene al caso. Como le dije anteriormente, respeto muchísimo a muchas personas a quienes una vez llamé “mis hermanas” y quienes sí eran ejemplo de lucha por la santidad. Quien sabe si muchas de ellas, también hayan pensado en dejar el camino alguna vez, pero al igual que hicieron conmigo, las han medicado con ese calmante fuertísimo, “Rohypnol”, o las han cambiado de centro, les han ofrecido puestos en consejos locales, o las habrán asustado con el infierno si dejan el camino. Quién sabe cuantas de ellas sigan allí por miedo o porque ya son demasiado mayores y les parece demasiado tarde recomenzar afuera del Opus Dei.

Tampoco quiero terminar mi carta, sin mencionar a otra persona, que siempre me pareció vanidosa y poco entregada y esa persona es la antigua directora de Etame. Ella se creia bellisima y vivia luciendo nuevas faldas, mientras las otras del centro seguían con sus mismas falditas. Esa T.A., también es tremenda hipócrita, asi que si alguien que lee esto la conoce, por favor tengan cuidado con ella. Pienso que el mundo es dichoso de la existencia del Opus Dei, hasta cierto punto, pues la idea de la “Santificación del trabajo en medio del mundo” es una idea muy noble, lástima que la Obra esté tan corrompida por personas como usted, C., entre otras.

Espero que mi corrección hacia su persona sea al menos tomada en cuenta y llevada a la oración, si algún director de la Obra entra en esta website y lee mi carta. Si no, al menos me quedo tranquila porque fui sincera con usted y no me queda nada en mi corazón en contra de su persona. Quiero que sepa, que si algo hice yo en la Obra con sinceridad fue Apostolado y proselitismo y tanto fue así que hoy en día conservo buena amistad con casi todas esas muchachas con quien hice proselitismo en algún momento. Esto comprueba que mi amistad con ellas era sincera y no como usted me dijo la noche antes de mi salida… “Tu nunca hisistes el Apostolado de la Obra, tu solo hisistes “TU” apostolado.

Muchas gracias por su atención,
Se despide de usted,

Atentamente,
Una muy feliz ex-numeraria



Otra Carta para aquellas actuales numerarias confundidas y presas dentro del opus dei

Una vez más, quiero agradecerles la oportunidad de compartir con ustedes algunas de mis experiencias. Esta carta es para aquellas actuales numerarias confundidas y presas dentro del opus dei, entre ellas, tu “M”., si es que puedes volver a entrar en esta web sin que lo sepan en tu centro.

Si eres todavía numeraria y estás pasando por lo que allí llaman “crisis vocacional” o como dicen ellas…”hay que encomendar a fulanita que esta mal”, por favor no dejes de leer los testimonios, de tantas personas buenas que han sido victimas del opus por tantos años. Son testimonios sinceros de mujeres, hombres y sacerdotes, cuyas vidas al igual que las nuestras han sido marcadas, por ese dañino y sutil endoctrinamiento y “lavado cerebral” que te hacen desde que te consideran “pitable” hasta que o te vas o te echan por el motivo que sea.

Cuando yo pedí la admisión al opus, se me dijo que Dios me había llamado a un camino de santificación del trabajo en medio del mundo siendo una Cristiana corriente. Me dijeron también que Dios me estaba pidiendo aun más. Que dejara el amor humano por el amor con MAYUSCULA, todo era cuestión de generosidad. Yo no era ninguna “loca” sino más bien alguien joven con grandes ideales y sueños en la vida. Yo tenía 20 años y una gran sensibilidad por la gente. Poseía grandes deseos de influir y cambiar el mundo motivo por el cual había decidido estudiar educación.

Yo sabia que al “pitar de Numeraria” estaba renunciando al matrimonio y a tener algún dia mi propia familia. Las numerarias que me trataban me habían dicho también que ahora me unían al opus lazos mas fuertes que los lazos de sangre y que ELLOS eran mi primera familia. Luego me fui enterando de tantas otras cosas, al igual que ustedes seguramente. Supe más tarde que tenía que renunciar a la amistad de personas que no fuesen “candidatas para la obra” o “pitables”, pues sería una pérdida de tiempo. Más adelante me pidieron además que dejara mi carrera de educación y me cambiara a otra universidad ya que en la universidad donde yo estudiaba, La Universidad Catolica” los curas eran Jesuitas y ellas decían que ellos no querían mucho a la obra y que me estaban influenciando con mala doctrina.

Dar este paso me costó bastante, pues ya había estudiado dos años y medio de mi carrera, Educación. De igual forma obedecí y me cambié a estudiar Idiomas Modernos en otra universidad. Por suerte, más delante me gustó muchísimo mi carrera de Idiomas, gracias a Dios, y me gradué entre las mejores de mi promoción.

Como ustedes saben a uno no le dicen todo al principio. Luego uno se entera del cilicio y de las disciplinas. Para los que no saben:( El cilicio es una cadena con puas, que se ata en la parte de arriba del muslo atando las dos cintas extremas causando pequeñas heridas en la piel, el cual las numerarias deben usar dos horas al dia menos algunos dias de fiesta durante el año.) (Las disciplinas consisten en una pequeña cuerda o látigo pequeño, que sirve de autoflagelación que se usa en las nalgas desnudas mientras se dice alguna oración, una vez a la semana o en algunos casos se puede usar más veces con permiso de las directoras.)

Entonces, viene de nuevo mi pregunta: ¿Por que ese misterio y no decir las cosas como son realmente, TODAS las cosas, con verdad, desde el principio? Seguro les suena conocido el cuento de que “a los bebés se les da primero leche y luego comidas solidas y que es igual con una vocación reciente a quien no se les puede decir TODO al principio, sino que poco a poco se le van explicando las cosas. Esto no es más que una de sus tácticas para engañar y mantener a las vocaciones recientes. Lo que pasa es que cuando uno está ya dentro uno está como ciego, pues uno ya le ha dado su vida a Dios allí. Esto hace que todo lo demás pase a ser secundario y se acepte como parte de la misma entrega. ¡ESO ES UNA FALSEDAD! Pero que claras se ven las cosas desde afuera y con el pasar de los años.

Algo que nunca supe hasta el final de mi vida en esa institución, fue el hecho de que las directoras y sacerdotes comentan entre ellos, es decir, chismean sobre nuestras intimidades y pensamientos más ocultos los cuales debiamos comentar siempre “con sinceridad salvaje”, por el “buen espiritu” en la charla. Yo creía erroneamente que lo que yo le comentaba a la directora, sólo ella lo sabía, pero que equivocada estaba.

Otra cosa que me sorprendió mucho, (antes de que me dieran la dispensa para poder irme) fue que la directora del último centro donde viví pretendía que me quedara allí en el centro hasta que ellos asi lo decidieran. “V”, (la directora) pretendía que me quedara metida en un cuarto para que no me vieran las que venían por el centro, para evitar escándalo. Se me dijo que NO podia llamar a mi familia. Tampoco me pasaban llamadas de nadie, y al yo revelarme y tratar de salir del centro, escondieron las llaves y me dieron un calmante fuertisimo, “Ropinol”, para doparme y según ellas para que descanzara. En mi caso era un 23 de febrero y querían que me quedara en el centro hasta el 19 de marzo. Eso es un atropello, una falta de caridad y sin duda va en contra de la dignidad humana.

Yo, no lo permití por supuesto, y grité y patalié hasta que por fin esa noche la numeraria “C” (quien vivió por años en Roma muy cerca del fundador) vino al centro y me dijo como les conté antes en mi Carta abierta a la numeraria “C”, para informarme que el padre había dado la dispensa para que me fuera al dia siguiente. “C” me dijo: “Tu nunca hiciste el apostolado de la obra, tu siempre hisistes Tu apostolado” y su amenaza, “Si algun dia me entero de que has hablado mal de la Obra, ese dia las Puertas del Opus Dei estarán cerradas para ti”. También me dio a entender que no me metiera con la obra, porque ella misma personalmente se encargaría de arruinar mi reputación.

Esto es un resumen bien corto de mi salida ya que es imposible expresar por escrito todos los sentimientos que uno tiene en ese momento, al pensar que uno tendrá que recomenzar y enfrentarse a la vida. En ese momento uno puede tener la tentación de sentir como que uno perdio su tiempo allí, su juventud, sus mejores años, sus ilusiones, por un sueño que en realidad era una sola mentira. En mi caso fueron 5 años, pero hay otras a quienes la obra les ha robado mucho más.

¡NO DEJES TU, TU VIDA ENTERA, EN ESA MENTIRA! Si hay algo que no te da paz, no les hagas caso, ten espiritu crítico. POR FAVOR, SI ERES UNA NUMERARIA CON DUDAS DE VOCACION, NO SIGAS OBEDECIENDO A CIEGAS, NO ES UNA TENTACION DEL DEMONIO, ABRE TUS OJOS. TODOS EN ESTA WEB TE PODEMOS ASEGURAR QUE AFUERA LA VIDA ES MUCHO MEJOR. No te digo que no hayan sufrimientos, pues son parte de la vida, pero al menos AFUERA, eres LIBRE y se puede ser muy feliz!

Si estas pasando por algo similar, por favor, lee el testimonio de tantas personas que han pasado por lo mismo. Yo pensaba que ese mal trato que me dieron al final me pasó a mi sola. Pensaba que se habían equivocado conmigo, pero cuando descubrí esta web y por fin lei el excelente libro de María del Carmen Tapia, “Tras El Umbral: Una Vida en el Opus Dei” , fue que descubrí que yo no estaba sola y que esas son sus “tácticas”: El hacer que uno se sienta mal, culpable, infiel y que nunca podra ser feliz fuera del opus que segun ellas “es el mejor lugar para vivir y para morir.” NADA QUE VER CON LA REALIDAD! Allí yo me sentía como que mi vida estaba en manos de esas mujeres, disfrazadas de representantes del padre e instrumentos de Dios.

En la obra siempre había un “misterio”, al final, me costaba mucho el no saber adonde me mandarían la próxima vez y el tener que abrirle mi alma a la persona que me imponían ellas en la charla fraterna. Como ustedes saben, habían cosas que no se decían. Si alguna dejaba la vocación había que actuar como si esa persona nunca existió. Ya no se hablaba más nunca de ella. ¿Que clase de caridad es esa donde se desechan las tan queridas “hermanas” cuando ya no sirven más para la obra, por la razón que sea?

Después de mi salida, me han contado personas, amigas que también han dejado la opus, que a ellas, cuando me fuí les dijeron que a mi “me faltaba una tuerca”. Gracias a Dios, en mi caso nunca tuve necesidad de psiquiatra ni tuve grandes depresiones, pero sí sé de varias, que han terminado muy muy mal y de otras que casi se volvieron locas allí dentro por la presión y el sentido de culpa y la condena por parte de la obra. También hay una pobre Nume en Valencia, la cual creo que sigue de numeraria, que la tenían escondida de todos porque aparentemente enloqueció (la volvieron loca en el opus dei.) Hay que tener cuidado también con las directoras, pues te podrían dar calmantes muy fuertes para doparte y para que no pienses con claridad. Esto es VERDAD Y no proviene de Dios, yo lo viví y tengo testigos.

NUMERARIA, SI ESTAS DUDANDO, Y TE CUESTA LA SUPUESTA VIDA DE FAMILIA, SI “VIVES LA VOCACION A TU MANERA”, SI NO ESTAS DE ACUERDO CON TODO ESE ADOCTRINAMIENTO, CON ESA VIDA FALSA, CORRE, CORRE BIEN LEJOS DE ALLI! (Lee el testimonio de Antonieta) VETE, QUNQUE LUEGO DIGAN QUE TU TAMBIEN TENIAS UNA “TUERCA FLOJA”, O QUE ERAS ESTO O LO OTRO, AUNQUE TE AMENACEN CON DISFSAMAR TU PERSONA, NO HAGAS CASO, NUNCA ES TARDE. CUANDO POR FIN SALGAS EN LIBERTAD, VERAS QUE PUEDES SER FELIZ COMO UNA CRISTIANA CORRIENTE EN EL MUNDO, FUERA DEL OPUS DEI. LO IMPORTANTE ES QUE NO ESTAS SOLA. RECUERDA QUE TIENES A CRISTO EN TU CORAZON.

Gracias por escucharme,
María